Es innegable la trascendencia que las motocicletas han tenido en la motorización de España, especialmente en los duros tiempos de posguerra.
En 1959 casi había dos motocicletas por cada turismo y no fue hasta 1967 cuando empezó a haber más coches que motos.
Por ese motivo, comenzamos esta concentración virtual con varios vehículos de dos ruedas, un OSSA 125 de 1957, una Vespa 125 de 1958, una Vespa Sprint de 1965, una Vespa 150 de 1967, un ciclomotor Puch Monza de 1980 y una Sanglas 400E.
Como curiosidad, esta Sanglas 400E sustituyó al modelo T en 1973. La E se refería al motor de arranque eléctrico, el cual había que hacerlo funcionar a la vez que accionábamos un descompresímetro y así permitir que el cigüeñal alcanzase suficiente velocidad radial. De otro modo, se averiaba dicho motor.